¿Necesitas mejorar la gestión de tu empresa y darle un impulso para que sea más competitiva? La consultoría de innovación puede ser la solución. En este post te contamos en qué consiste, por qué la necesitas y en qué fases se debe desarrollar para ser efectiva.

¿Qué es la consultoría de innovación y cuáles son sus principales elementos?

Los problemas del día a día en las empresas y la rapidez con la que se desarrolla toda la actividad, impiden a los directivos y empleados tomar tiempo para analizar la situación y decidir en base a dicho análisis.

La consultoría de innovación ayuda a las empresas en el camino de cambiar su forma de trabajar y ser más competitivas.

Los elementos básicos de una consultoría de innovación son los siguientes:

  • Conocimiento. Los consultores conocen aspectos que en el seno de las empresas se desconocen, porque son profesionales que se forman, adquieren experiencia e investigan para mejorar la forma en la que las empresas innovan.
  • Implicación. Una consultoría de innovación requiere horas de trabajo y una implicación importante tanto por parte de la empresa que recibe el servicio, como por parte de la consultoría.
  • Metodología. Cada consultoría de innovación cuenta con una metodología concreta. En el caso de CMC 360 la metodología que aplicamos tiene varias fases: análisis, planificación, implementación y seguimiento. Las analizaremos más adelante en este post.

¿Por qué necesitas una consultoría de innovación?

Las empresas suelen acordarse de la consultoría de innovación cuando tienen problemas, se reducen los ingresos, se pierden clientes, la competencia les adelanta… Sin embargo, la consultoría de innovación debe presentarte como una forma de planificar el futuro de la organización, una solución a largo plazo que ayude e impulse la viabilidad de la empresa.

Vas a necesitar la consultoría de innovación:

  • Si quieres diferenciarte de tus competidores. Las empresas suelen competir en mercados con otras muchas organizaciones que se dedican a lo mismo, por lo que se deben diferenciar y aportar valor. Una forma de lograrlo es a través de la innovación. Pero no se trata de innovar desde el punto de vista tecnológico, sino también desde otros muchos puntos de vista (la forma en la que se produce, en la que se conecta con los clientes o, incluso, en la se atrae y retiene talento en la empresa).
  • Si necesitas mejorar los procesos internos de la empresa. La mejora de procesos afecta a muchos ámbitos de la empresa: producción, contabilidad, facturación, recursos humanos, marketing y atención al cliente, entre otros. Mejorar los procesos facilitará el aumento de la satisfacción del cliente y de los empleados.
  • Si quieres aumentar las ventas. A veces, no se trata de lo que vendes, sino de cómo lo vendes. Con la innovación podrás llegar a otro tipo de compradores de tus productos o servicios y darles lo que estaban buscando, aumentando así tus ventas.
  • Si necesitas una solución específica para tu empresa. Una característica muy importante de la consultoría de innovación es que se debe adaptar a cada empresa, para aportar una solución personalizada a un problema concreto. Por ese motivo, es fundamental un análisis previo de la situación y comprender bien los problemas existentes y los objetivos que se pretenden alcanzar.

Fases de una consultoría de innovación

Aunque cada proceso de consultoría de innovación es distinto, porque las empresas y sus problemas son diferentes, podemos distinguir varias fases que son las siguientes:

  • Análisis de la situación. En un gran número de ocasiones las empresas saben que tienen un problema (reducción de las ventas, pérdida de cuota de mercado, fuga de talento), pero desconocen el motivo. Con el análisis de la situación los consultores pueden ver con profundidad qué está ocurriendo y por qué motivo. El análisis comprende todas las áreas de la empresa: dirección, administración, finanzas, ventas, producción, atención al cliente, marketing o recursos humanos, entre otras.
  • Planificación. El análisis aporta como resultado los puntos débiles y fuertes de la empresa y permite plantear diferentes proyectos alternativos para alcanzar el resultado que desea la compañía.
  • Implementación. La consultoría de innovación junto con los directivos de la empresa implementa el proyecto elegido en varias fases, cada una con una meta concreta y con una serie de acciones a desarrollar.
  • Seguimiento. La implementación no pone punto y final a la consultoría de innovación, sino que se requiere un seguimiento continuo para saber si se están alcanzando los objetivos fijados. Para ello se tendrán que elegir un conjunto de indicadores que se compararán periódicamente con los objetivos de la empresa. La idea es que los resultados positivos se mantengan a lo largo del tiempo.

En definitiva, la consultoría de innovación no aporta soluciones milagrosas ni rápidas a las empresas con problemas, sino que requiere una planificación muy bien diseñada para ser efectiva.

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